"¿Cuáles son tus fortalezas y debilidades?": 
cómo contestar esta difícil pregunta en una entrevista de trabajo

Siempre que nos enfrentamos a una entrevista de trabajo queremos dar lo mejor de nosotros, por eso es una prioridad dar respuestas asertivas que resulten naturales y genuinas frente a los empleadores. Por más que no podamos saber de antemano cuáles serán las preguntas que nos harán, hay una que tiene grandes probabilidades de aparecer: 

“¿Cuáles considerás que son tus puntos fuertes y tus puntos débiles?”.

No es una pregunta fácil de responder ya que requiere de cierto análisis, habilidades de autocrítica e incluso autoestima, por lo que no se trata de una respuesta que dejar a suerte de improvisación. Por eso, en Randstad Uruguay pensamos que sería bueno realizar un pequeño análisis de esta pregunta, con el objetivo de ayudar a los candidatos a alcanzar la mejor respuesta posible a la hora de realizar una entrevista.

¿Qué buscan exactamente los empleadores al realizar esta pregunta?

El empleador desea saber si eres capaz de hablar de ti mismo con confianza, evaluando a su vez tus habilidades de comunicación y encontrando las cualidades que te diferencian del resto de los candidatos. Se trata de una dicotomía entre demostrar que tus fortalezas coinciden con los requerimientos del puesto sin resultar arrogante.

El punto es entonces lograr cierto equilibrio. El empleador quiere saber si tus aptitudes son las indicadas para el trabajo a realizar y si tu actitud se alinea con los valores de la empresa. Responder de forma modesta puede minimizar tus habilidades y recalcar demasiado tus fortalezas puede resultar soberbio y contraproducente.

¿Cómo identificar tus propias fortalezas?

Comencemos por establecer que existen miles de virtudes que conforman tu personalidad. Para cada debilidad existe una virtud y viceversa, solo hace falta tomarse el tiempo de identificarlas. Para poder hacerlo te recomendamos que dividas las competencias profesionales en diferentes áreas y evalúes tu posición dentro de cada una de ellas. A continuación te hacemos algunas preguntas dedicadas a cada una de las categorías:

  • Competencias individuales: ¿Cómo es tu capacidad de adaptación a los cambios? ¿Cuál es tu nivel de tolerancia al estrés y dónde está tu límite? ¿Sos analítico y observador o más bien intuitivo? ¿Sos de tomar la iniciativa en reuniones grupales o preferís escuchar de forma activa a los demás?
     
  • Competencias de tareas: ¿Sos capaz de organizarte? ¿Cuánto te gusta planificar una tarea antes de comenzar a hacerla? ¿Te consideras una persona detallista? A la hora de realizar una tarea, ¿mantenés en mente los objetivos de la misma?
     
  • Competencias sociales: ¿Te consideras una persona extrovertida o introvertida? ¿Te gusta trabajar en equipo? ¿Sos capaz de cooperar con tus compañeros de trabajo? ¿Cómo suele ser tu relación con los clientes? ¿Qué consideras que es lo más importante a la hora de relacionarte con un cliente? 
  • Competencias de gestión: ¿Te gusta asumir el rol de líder en proyectos? ¿Te considerás una persona organizada? ¿Disfrutás de llevar a cabo tareas que impliquen contactarte y alcanzar soluciones con diferentes personas? ¿Te gusta involucrarte en la producción de proyectos? ¿Te considerás un mediador? ¿Te gusta delegar tareas y realizar procesos de inducción para nuevos colegas?

     

Respondiendo algunas de estas preguntas podrás identificar cuáles son tus fortalezas e incluso debilidades. No se trata de ser el mejor en todo, si no de sentirte seguro e identificado con alguna de estas competencias.

¿Y qué hay de tus puntos débiles?

Primero es importante tener en cuenta que el entrevistador no pretende poner a prueba tu honestidad, ni mucho menos poner en evidencia tus carencias. Lo que el entrevistador desea es conocer cómo has hecho frente a las dificultades que has encontrado en el pasado.

Por lo que siempre es importante ser honesto y genuino a la hora de dar una respuesta, pero también hay que hacer una selección de las debilidades que vas a presentar, para no mencionar habilidades básicas que puedan perjudicar tus resultados. Para esto te aconsejamos que realices un análisis del puesto de trabajo para el que te postulaste y de esta forma podrás ser conciso con la información que das.

A su vez, es de suma importancia que hables sobre las formas en que te has superado en ocasiones anteriores frente a tus propias inconsistencias. Tienes que reflejar voluntad de superación y relatar los frutos de tus esfuerzos mediante anécdotas o experiencias que sirvan de argumento a este respecto.

Recordá también que es importante mantener la naturalidad de la entrevista, es decir, está bien que pienses de antemano en estas cuestiones, pero no tengas una respuesta ensayada al pie de la letra, eso no te ayudará a la hora de la entrevista y probablemente te hará sentir más presión. Otro consejo para sentirte seguro: recordá que el empleador te está evaluando a ti tanto como tú estás evaluando a la empresa y a él, para saber si el trabajo es adecuado o no, según tus propios estándares.

He aquí algunas posibles respuestas:

“Sé que soy joven y no tengo mucha experiencia, pero tengo muchas ganas de aprender y formarme”: así estás resaltando tu juventud como algo positivo y das la impresión de cierta energía e interés hacia el trabajo. En este punto también podés hablar de tu formación y de cómo se adecúa para el puesto.


“Algunas veces mi timidez fue un obstáculo a la hora de integrarme a los equipos, pero participé en varias instancias grupales y hoy en día me resulta más fácil. Me lo tomo como un desafío”, es importante que el empleador vea que deseas superarte.


“Antes me sobrecargaba con muchos proyectos, pero ahora estoy aprendiendo mis límites”, esto demuestra que sos exigente contigo mismo pero que estás manejándolo de una forma más madura.

¿Qué es lo que debés evitar?

Estos son algunos ejemplos de lo que nunca deberías decir:

“Creo que no tengo debilidades”: esto va a conseguir que te descarten enseguida, ya que refleja deshonestidad, poca autocrítica e inmadurez, cualidades muy poco atractivas para una empresa.


“Trabajo demasiado” o “Soy demasiado perfeccionista”: estas frases son un cliché repetidas hasta el cansancio, mejor pensá de verdad cuáles son tus debilidades antes de hacer la entrevista.


“No soporto el estrés”: en todo trabajo hay momentos de estrés así que es mejor evitar este tipo de afirmaciones.


“Me cuesta ser puntual”: evita mencionar debilidades que tengas que ver con reglas de etiqueta básicas, esto demuestra irresponsabilidad y es poco respetuoso dentro de un vínculo laboral.

 

Las preguntas en las entrevistas de trabajo siempre van a variar, pero el empleador siempre querrá conocer tus fortalezas y debilidades para poder tomar una decisión. Preparate para la entrevista con sabiduría y sé honesto. Es parte de tu trabajo conocerte a ti mismo.