¿Qué suena mejor? ¿Salir a buscar y reclutar a los candidatos calificados o que el talento te busque para trabajar en tu compañía? La segunda opción tiene un importante beneficio tangible en la reducción de los costos generales de nómina y de reclutamiento, así como en la disminución de la tasa interna de rotación. Probablemente te estarás preguntando: ¿cómo es posible lograr que los mejores talentos quieran ser parte de mi organización?


La respuesta es simple: fortaleciendo tu marca empleadora, desarrollándola hasta convertirla en una gran marca que se diferencie y que haga la diferencia. Una vez que lo logres, estarás en mejores condiciones para atraer el talento a tu compañía y los candidatos quieran ser parte de ella.


¿Cuál es la imagen que tu empresa proyecta como empleadora? ¿Qué reputación tiene tu compañía en LinkedIn, Glassdoor, RealRef o Lovemondays? ¿Alguna vez te preguntaste si tu Propuesta de Valor al Empleado (PVE) está actualizada con respecto a las últimas tendencias, o a lo que las nuevas generaciones buscan en un trabajo? Estas son algunas de las preguntas que debés comenzar a hacerte para gestionar activamente tu employer branding.

Un mercado competitivo como el de hoy impone la necesidad de establecer y mantener una marca empleadora consistente, como herramienta fundamental para atraer y retener a los talentos y potenciar la lealtad y el compromiso de los empleados actuales. Ya sea que estés empezando tu estrategia, o que hayas llegado a una meseta en el avance de la que ya estableciste, considerá estos tres pasos para darte un empujón a la gestión de tu marca empleadora:


1- Definí dónde estás y dónde querés estar


La clave en esta instancia es aspirar a grandes cosas, siempre y cuando las metas sean alcanzables a partir del punto inicial en el que te encuentres. Una estrategia de marca empleadora debe ser realista y, a la vez, debe ser fiel a la identidad de la organización, a lo que ya sos y a lo que representa la cultura de tu compañía. Para eso es muy útil realizar una investigación cuantitativa y cualitativa que releve qué atrae a las personas y qué provoca rechazo, incluyendo, en esa encuesta al personal interno, a los proveedores, a los que se han ido y a los candidatos. De igual modo, suele ser muy revelador preguntarle a los recién contratados si lo que están experimentando en la empresa se parece a lo que esperaban antes de ingresar.


A partir de ahí, podés decidir cómo querés que te vean. Esta visión debería estar reproducida en todos los esfuerzos de marketing que busquen atraer candidatos y también en la comunicación interna para darle forma a los valores corporativos. Tu marca empleadora estará presente en todo lo que haces, por lo tanto, hacela valer en cada oportunidad que se presente.

2- Identificá la diferencia entre lo que sos y lo que querés ser


Identificaste tu punto de partida y tu punto de llegada. Ahora hace falta identificar cuáles son las distancias entre uno y otro punto. Habitualmente, este gap es algo sobre lo cual es posible trabajar gradualmente, basándose en el feedback y los aportes que reuniste en tu investigación previa. La marca empleadora tiene un secreto: no podés elegir tenerla o no tenerla. La marca empleadora existe siempre, solo podés decidir gestionarla activamente o no. Algunos cambios serán simples y otros van a ser proyectos en sí mismos. Los valores que trazaste te ayudarán a cerrar la brecha entre la realidad y el deseo, permitiéndote trazar una Propuesta de Valor al Empleado (PVE) sólida de cara al futuro, basada en el relevamiento realizado entre empleados y candidatos y en la evaluación de la imagen que hiciste al respecto.

3-Llevala al mercado


Detectá entre el staff a los empleados promotores. Designalos embajadores de la marca empleadora y fomentá en ellos la idea de que su palabra en sus perfiles y conversaciones en redes sociales vale, y mucho. Compartí historias auténticas sobre la experiencia de tus empleados que resuenen con tu audiencia y tus valores. Invitá a todos a que participen de la interacción en los perfiles institucionales de la compañía y en eventos en las redes, incentivalos para que compartan contenidos para potenciar la discusión acerca de tu marca empleadora.

Si ya tenés una marca empleadora consolidada y atractiva, quizás sea hora de convertirte en un motivador influyente a partir de tu experiencia. Ser influyente a partir de tu experiencia como marca empleadora te convertirá en una voz autorizada en tu sector y probablemente en otros. Eso generará una aún mayor atracción en los candidatos. El círculo de tu estrategia comenzará a volverse virtuoso y, cuando menos lo esperes, los mejores talentos estarán en tu puerta queriendo unirse a tu compañía.