Montevideo, Diciembre de 2020 – Randstad, la compañía líder global en servicios de Recursos Humanos, identificó algunos de los cambios más notorios que veremos en el mundo del trabajo como producto de la pandemia. Protocolos y pautas de distanciamiento físico, trabajo remoto, menor movilidad por viajes, reuniones y eventos, impacto en la reputación y marca empleadora, mayor incidencia del trabajo freelance y del trabajo por objetivos serán algunos de los principales emergentes que veremos en el mundo del trabajo post Covid-19.
En este contexto es indiscutible que el mundo del trabajo ya no será el mismo y todo indica que algunos cambios llegaron para quedarse.
“En tan solo un par de días cambiamos nuestra forma de trabajar, dejamos nuestras oficinas y debimos adaptarnos a nuevas maneras de llevar adelante nuestras tareas. De un día para el otro armamos el mayor experimento mundial de home office que ni la mente más visionaria pudo imaginar jamás, y eso no tiene vuelta atrás, muchas cosas no volverán a ser como antes en el mundo del trabajo cuando la pandemia termine y volvamos a una cierta, y nueva, normalidad”, afirmó Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina y Uruguay.
Estas son las principales tendencias que según los expertos de Randstad sentarán las bases de un nuevo escenario laboral a nivel mundial cuando pase la pandemia:
1. Pautas de distanciamiento en oficinas, plantas y ámbitos laborales.
Aun cuando se levante la cuarentena y se reanude la actividad productiva, tendremos que seguir conviviendo con los protocolos de distanciamiento físico que afectarán sustancialmente la forma de vincularnos en los distintos ámbitos laborales. Las empresas deberán esforzase para generar ambientes de trabajo seguros para los trabajadores, adecuando sus instalaciones, procesos y estándares de trabajo en línea con los nuevos parámetros de distanciamiento. Así, mamparas divisoras, zonas de seguridad y circulación monitoreada, estaciones de sanitización, kits de elementos de protección personal y estrictos protocolos de ocupación en espacios comunes serán protagonistas de la nueva normalidad en el trabajo.
2. Home Office y trabajo remoto.
La pandemia obligó a muchas organizaciones a generar las condiciones para que sus colaboradores realicen home office, aun cuando la cultura predominante se orientaba hacia el trabajo presencial, el control y el cumplimiento de horarios. Lo positivo de esta situación forzada es que colaboró para derribar barreras culturares, prejuicios y mitos en relación al trabajo remoto y la productividad, la autogestión y el compromiso de los colaboradores. Es altamente probable que después de haber transitado esta experiencia, muchas empresas no quieran volver a tener a todos sus trabajadores en sus oficinas frente al escritorio como antes, e incluso habrá muchos trabajadores que tuvieron una experiencia positiva durante la pandemia que tampoco quieran hacerlo.
3. Desplazamientos, viajes, eventos y reuniones.
La pandemia paralizó el mundo de los viajes y el turismo y se espera que sea una de las industrias que más demore en recuperarse. Esta situación, trasladada al mundo del trabajo, está impactando directamente en la organización de convenciones, congresos, capacitaciones y otros eventos corporativos que dejaron de ser presenciales y pasaron a entornos virtuales. Lo mismo ocurre con los formatos típicos de reuniones cotidianas en las organizaciones, que mutarán a videoconferencias para sostener el distanciamiento físico que será norma en adelante. Por otra parte, las empresas debieron adaptar con creatividad y flexibilidad los esquemas de horarios laborales para evitar el traslado de los trabajadores en transporte público en horas pico, así como implementar días alternativos de concurrencia y otras estrategias que permitan cumplir con el distanciamiento de seguridad entre personas en los distintos espacios de trabajo.
4. Se consolida el trabajo por objetivos.
El teletrabajo instaurado masivamente por las circunstancias sanitarias tiene como efecto secundario que muchas empresas se den cuenta que no requieren basarse en el control de horas para asegurar la productividad de su fuerza laboral, haciendo que gane terreno el trabajo por objetivos. Muchas organizaciones con culturas de gestión que desconfiaban de los formatos de trabajo flexibles, que priorizaban el “estar” por sobre el “hacer”, han podido vivir la experiencia empírica y comprobar que el presentismo no es garantía de resultados. La confianza en el desempeño a distancia y la productividad sostenida durante la pandemia han puesto en evidencia que el trabajo por horas está quedando obsoleto y va ganando terreno el trabajo por objetivos.
5. Reputación y marca empleadora son puestas a prueba.
Aunque las empresas se enfrentan en todo el mundo a un contexto de alta incertidumbre y a un sinnúmero de desafíos al mismo tiempo, y hablar de employer branding puede sonarles superfluo o fuera de timing, sucede justamente lo contrario: este es exactamente el momento en que las organizaciones deben tener cuidado de respetar, proteger e incluso elevar su reputación, ya que su actuación en estos tiempos inciertos será juzgada no por sus resultados, sino por cómo trataron a las personas. Mantenerse fiel a su identidad y valores debe ser el principio rector especialmente si la compañía debe enfrentar la difícil tarea de realizar despidos. Hoy es el tiempo de poner en primer plano la empatía, la conciencia social y la gestión sustentada en valores, para que sean la guía para navegar esta crisis con transparencia y sensibilidad, a partir de una comunicación abierta, sincera y humana con sus colaboradores.
6. Crece el trabajo freelance y otras opciones de formatos de trabajo flexible.
Con una menor dependencia de la presencialidad, mayores posibilidades de trabajo remoto y la consolidación de la gestión por objetivos, el mundo del trabajo post Covid-19 ofrecerá mayores posibilidades para formatos y experiencias de trabajo más flexibles y la inclusión de los freelancers como parte del pool de talento de las organizaciones. Con la tecnología como facilitador, veremos un nuevo crecimiento de la “Gig Economy”, como se denomina la nueva economía del trabajo móvil, remoto, a demanda e independiente. En este sentido, dado que la especialización y el conocimiento no reconocen formatos de contratación, la incorporación de talentos en formato freelance, por proyecto o part-time crecerá de la mano de un contexto en el que las organizaciones necesitarán más que nunca ser competitivas para recuperarse del impacto económico que dejará la pandemia.
Respecto a estos cambios que se instalan en el ámbito laboral, Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina y Uruguay, sostuvo: “El mundo del trabajo se encontraba antes de la pandemia en medio de un proceso de cambios profundos. La pandemia global desatada por el coronavirus está impulsando nuevos desafíos, generando un escenario de mayor incertidumbre e imprevisibilidad. Todos los paradigmas con los cuales veníamos trabajando, tanto las empresas como los trabajadores, se rompieron en mil pedazos y debimos improvisar y adaptarnos sobre la marcha para seguir trabajando a pesar del virus que puso al mundo patas para arriba”.
acerca de Randstad.
Como líder global en servicios de RRHH, en Randstad apoyamos a las personas y a las organizaciones para alcanzar su verdadero potencial.
A través de servicios especializados de Staffing, Professionals, Inhouse, Outsourcing y Recruitment Process Outsourcing (RPO) resolvemos en forma eficiente y flexible todas las necesidades de nuestros clientes en el campo de la gestión del Capital Humano en las organizaciones. Combinando el poder de la tecnología con la pasión de nuestros profesionales de RRHH, brindamos una experiencia de servicios más personal.
Con casi 60 años de experiencia en el mercado internacional y 15 en Uruguay, Randstad cuenta con un equipo de 29.750 empleados que proveen servicios integrales de Recursos Humano a empresas clientes en 39 países. Esta trayectoria permitió que en la actualidad sus 4.473 oficinas (2 en Uruguay) y puntos de presencia cubran más del 90% del mercado mundial de servicios de recursos humanos y ayuden a trabajar a 668.800 personas cada día. Su facturación global en 2018 superó los 23.800 millones de Euros.
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