Pensemos en la inteligencia emocional como una caja de herramientas dentro de la cual descansan, listas para ser utilizadas, las distintas habilidades con las que contamos. Estas herramientas serían nuestra capacidad para la percepción y la expresión de emociones, el uso de esas emociones para comunicarnos, o su empleo en procesos cognitivos, como la comprensión de esas emociones y su regulación.
La fortaleza mental, ese atributo que nos permite mantenernos de pie cuando el viento arrecia, y que identifica a aquellos que no se dejan abatir por las adversidades, es una de las herramientas de nuestro arsenal emocional.
Algunos rasgos y particularidades de la gente con fortaleza mental:
Confianza: Muchos creen que en la mentalidad fuerte está la clave del éxito, mucho más que en el contexto o en la fortuna. La confianza inspira a los demás y atrae la suerte, y es por eso que los dubitativos a veces quedan detrás: mientras que a las personas que tienen confianza en sí mismas se les presentan más situaciones y en condiciones más favorables, las que vacilan reducen sus posibilidades.
Surfear el cambio: Si los cambios abruptos y los procesos de transformación fueran las olas violentas de un océano, las personas con mentalidad fuerte serían aquellas que se adaptan a la situación con las herramientas que tienen a mano. Si pueden surfear la ola y avanzar con ella, lo harán. Si son volteados por el golpe, se levantarán, superarán la confusión, y seguirán adelante. Ser mentalmente fuerte también requiere autocríticas rápidas y pocos lamentos.
Aceptar los errores: El dicho sobre que de los errores se aprende más que de los éxitos es perfecto para describir esta capacidad. Nadie atrae la suerte y el éxito sin pasar situaciones difíciles y sin aceptar y comprender el fracaso, aun cuando este haya sido estrepitoso. Sin embargo, lo que caracteriza en este sentido a la gente con mentalidad fuerte es que no pierden el tiempo en la autocompasión y se enfocan en ir hacia adelante.
Impermeabilidad: Las personas con una mentalidad fuerte parecen ser siempre intocables y no dejan afectar ni su buen humor ni su autocontrol por las acciones de terceros o por el entorno. No se dejan llevar por el caos y la disrupción, ni por la depresión y el clima de confrontación que a veces se generan en los equipos de trabajo.
No existe fortaleza mental sin la capacidad de comprender, tolerar y utilizar las emociones, tanto las positivas como las negativas. Como el resto de las habilidades ligadas a la inteligencia emocional, la fortaleza mental puede desarrollarse con técnicas, entrenamiento y práctica.
¿Estás listo para entrenar tu fortaleza mental?